lunes, 18 de julio de 2011





(Julio 2011)

En sí mismos se nota ese cambio de status”

La artista Lucía Guala re-descubre la fauna barrial

     De la residencia a la resiliencia es el camino que recorre la artista Lucía Guala en su muestra Conventillos, donde toma como territorio de exploración las grandes casonas que nacieron bajo cierta idea de país y sobrevivieron a uno sin perder la elegancia. Incluso las personalidades que las habitan en continua lucha contra el paso del tiempo intentan sostener una estructura –de valores– siempre a punto de derrumbarse, desarmarse para siempre.
    La muestra que se inauguró ayer y se puede visitar hasta el 7 de agosto terminó de tomar forma a partir de la invitación del Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51). Porque más allá de mostrar "el camino que he transitado entre 2005 y 2011, me puse a buscar un elemento integrador. Así encontré una frase de Arturo Jauretche que me resultó totalmente significativa para la ocasión: ‘el conventillo es un mundo heterogéneo donde se barajan y se mezclan en el mismo mazo todas las cartas’. A partir de la frase me di cuenta que el espíritu de todas mis obras estaban reflejadas por el Conventillo. Además tiene que ver con el origen de todos nosotros porque somos hijos de esa miscelánea que se generó en este tipo de vivienda que además seguimos mezclándonos y generando diversidad."
    Cuando el tema apareció con claridad, la artista comenzó una búsqueda de material al respecto (fotografías sociales de los ´50, entre otras cosas) pero reconoce que ya existían algunas influencias de otras disciplinas. Cuenta Guala: "me ha influenciado bastante el grotesco costumbrista del cine y la televisión nacional como Esperando la carroza y los programas de Antonio Gasalla, tanto en forma como en contenido. Pero creo que  no hay que ir demasiado lejos tanto sus personajes como los míos pueden encontrarse a la vuelta de cualquier casa." 
       Como si se tratara de un conventillo, la sala de exposición está dividida en habitaciones por cada una de las series para lo cual la artista recurrió a la instalación como herramienta. Los espacios no sólo contienen las obras sino que es la disposición  en sí misma lo que merece contemplación. Cuenta Guala que "los personajes que habitan este conventillo encarnan en sí mismos un cambio de función en torno a cierto status. Frente al modo ‘políticamente correcto’, estas personalidades evidencian la mugre que escondemos bajo la alfombra, algo dentro de nosotros que se encuentra latente y en determinadas situaciones, sale a la luz. En esta residencia encontramos a Primogénito, el hombre que nació viejo destinado a cumplir impecablemente el papel de hijo, las mujeres de “Vigilancia vecinal”, “Señoras bien” que hacen gala de su intachable moral a través de Radio pasillo, las chicas del “Rubro 59” que suelen molestar a esas señoras con sus escandalosos gemidos nocturnos y como “Gloria Hermosa” que vive dentro de su pasado glamoroso mientras la gravedad sigue haciendo su trabajo."
Con sus matices en conjunto el universo del conventillo es exuberante y la artista articula diferentes soportes y técnicas para lograr reproducir lo que en la vida se presenta con tanta naturalidad. Cuenta que "en la Facultad de Bellas Artes elegí como taller básico el de pintura, pero un artista debe manejar varias técnicas para ampliar su abanico de posibilidades debido que hay ideas que se plasman mejor en determinados soportes que en otros.  En el conjunto de mis obras hay una fusión de lenguajes porque recurro a determinada manera de contar según el sentido que necesito darle a la imagen. Por ejemplo, en "Rubro 59" busqué una imagen de mala calidad a través del "collage digital" para reforzar este lazo con los anuncios clasificados en cambio para "Primogénito Gómez" he intentado imitar las clásicas fotos antiguas que se les realizaba a los niños. Pensando en el pobre niño que debe soportar estas convenciones sin comerla ni beberla. Con el lenguaje de la plástica creo que sucede lo mismo que con la técnica y esto es propio del tiempo vivimos, Nicolás Bourriaud explica al arte contemporáneo a la manera de un ‘mercado de pulgas’, donde todo se recicla y cambia de función, por tanto, de sentido."
     Las personalidades de la obra de Guala a simple vista resultan graciosas, portadoras de un encanto desfachatado, pero es en la acumulación de todas las imágenes, en el recorrido general, que el clima es un tanto más denso. La artista reconoce que la mayoría de los comentarios "en cuanto a mi obra tienen que ver con el humor. Antes me salía de manera inconsciente, pero aprendí a aprovecharme un poco de eso.  Ah
ora se encuentra de manera implícita pero vinculado a lo ‘tragi-cómico’. Son personalidades patéticas en situaciones patéticas, contadas de manera exacerbada  y ahí es donde aparece el humor. Creo que el humor puede hablar también de temas ‘serios’”. 


Nota realizada por Daniela Camezzana para el diario Diagonales:
http://www.elargentino.com/nota-149854-medios-122-En-si-mismos-se-nota--ese-cambio-de-status.html 

http://www.youtube.com/watch?v=xHkawE3vkE4&feature=player_embedded


domingo, 3 de julio de 2011






































IMÁGENES DEL ARRABAL  (Junio 2011)

Gloria hermosa- ¿y qué has hecho del amor que me juraste?” es una muestra de interesantes fotomontajes y “fotografía intervenida” que se exhiben hasta el 23 de junio en la Sala Armando Discépolo  (12 y 62)
Sugerentes, extravagantes, de composición meticulosa y por momentos desbordada de recursos, la de Lucía Guala es una muestra que sale de lo común. Como todo en el mundo, al momento de verse debidamente definida se vio en un brete y debió identificarse como “fotografía intervenida”, pero en realidad la etiqueta le queda corta.
-La selección de obras de mi muestra “Gloria hermosa- ¿y qué has hecho del amor que me juraste?” tiene que ver con el teatro y el cine, fue preparado especialmente a pedido de la Sala Armando Discépolo- cuenta, a La Culturosa.
-¿De qué se trata?
-Pensé en un personaje que saliera de lo común, pero del ambiente artístico, algo así como una vedette o una cantante de boleros, que tuvo su fama de esplendor y de fama, y también de decadencia. Así surgió la idea de situar en pasado y en presente del personaje en un mismo plano, para eso hice dos muñecas y las monté en distintos fondos con esa idea de los planos detrás.
-¿Por qué la idea de los boleros, y el nombre de la muestra que refiere a un tema de ese género?
-Venía enganchada con el tema de los boleros latinos, el amor no correspondido pero no con respecto a una persona sino con la fama en sí. Por eso decidí poner de subtítulo de la muestra un fragmento del tema “Y”. Toda la estética tiene que ver con los boleros latinos.
-¿Cómo fue la confección de las muñecas?
-Utilicé cartapesta, y también recurrí a algunos vestidos viejos, una especie de regresión a la infancia, busqué pelucas acordes…
-¿Y en cuanto a los fondos de las imágenes exhibidas?
-Algunos fondos son el escenario de un teatro, algo así como un portfolio típico de los años ´50 que luego equivale al portfolio actual del mismo personaje. 
-¿Cómo definirías tu estilo?
-Estoy muy atravesada por lo kitsch, soy de ir a los Todo x $2, a las casas de tela, y a cualquier lugar así para buscar cosas para mis obras. También me especialicé un poco en el tema del marco de las obras, lo cual es bastante peculiar. Como no me conforma lo bidimensional, le doy mucha importancia al marco de cada obra y por eso decidí intervenirlos, en esta muestra, para darle al marco una característica única, similar a la de la imagen que encuadra en sí. Utilicé marcos antiguos y más contemporáneos, con lentejuelas de fondo, con hojas de flores de plástico…
-¿Qué encontraste en la fotografía que no hacías con la pintura?
-No soy fotógrafa pero me interesa la fotografía porque te permite armar ambientes, iluminarlos, experimentar. Las fotos que yo tomo no son casuales: son armadas.
MÁS SOBRE LUCÍA GUALA
Con 28 años, está terminando la Licenciatura en Artes Plásticas y trabaja en el Museo de Bellas Artes “Emilio Pettoruti”. Realizó allí varias muestras de pintura, y desarrolló una tendencia hacia el grotesco con ironía. Sus primera muestra de pintura de llamó “Vigilancia vecinal”, en la que tomó como disparador el contexto de los personajes que elegía para definir, con los objetos elegidos, la personalidad y los gustos de aquel protagonista. Después se le ocurrió la idea de intervenir los marcos de sus obras, y realizó la muestra “Rubro 59”, en la que hizo marcos “intervenidos” como parte de la imagen, en soporte digital. Todo ello la llevó a investigar en un nuevo panorama y a situarse en el eterno dilema, como ella lo entiende, del arte contemporáneo: el hecho de que la obra sea única o bien reproducible. 

La reina de la bailanta








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